La crisis de los jinetes.

Estoy guardando las redes y amarrando la balsa de pesca al muelle, ya se está haciendo de noche y debo darme prisa, sigo en eso cuando los veo, un grupo de jóvenes que pasa por ahí. Son magos, magos de Rívendel, hay una fiesta o algo en Thuajtul, no sé de qué va pero sé que sorn todos de Rívendel, me les quedo viendo, pregúntandome cómo sería estar en Rívendel, agito la cabeza para quitarme la idea, yo soy un pésimo mago, no podría entrar ahí. Me acerco un poco a los chicos, entre elfos y humanos hace un grupo muy extraño, todos llevan túnicas blancas. Seguro que todos ellos saben hacer hechizos increíbles. Bajo la mirada y muevo mi manod haciendo que el aire gire alrededor de ella, solo una pequeña brisita... soy un asco para esto... Sigo viéndolos a ver qué hacen.

Si de algo estaba segura es que tanta alegría, era víspera de tristeza o augurio de maldad y agonía. No me entusiasmaban ni me siguen entusiasmando mucho hoy en día las fiestas, sin embargo, parece que a los demás si, tal vez sea porque no tengo mucha gente con quien pueda compartir las reuniones, aunque conozco ya a unas cuantas personas con un corazón puro: Zack y Kira. Estoy sentada bajo un gran árbol como solía hacerlo haca tiempo en el Reino Medio, a mi lado se encuentra Tenasi, que juega con una linda mariposa. Decido que lo mejor es salir a ver si me encuentro a alguien conocido, la comida puede ser tentadora, pero eso implicaría moverme del lugar donde estoy, y la verdad es que estoy disfrutando mucho de la brisa que pasa por este gran árbol. Entonces me recuesto y cierro los ojos para empezar un viaje de en sueño a un lugar al que no creo poder volver muy pronto: Mi antiguo hogar...

Una fiesta... mcuha gente... nunca había estado con tantas personas... me marea... Tomo un respiro, un segundo respiro, un tercer respiro, un... no puedo, jamás había tenido a tanta gente a mi alrededor, al inicio pensé que podría conocer a mas personas pero me daré por vencido hoy. Me siento en el pasto, con la boca cubierta por mi mano derecha, me siento un poco mal. Debajo de un árbol, se encuentra alguien y me acerco a ver... ¡Cugh! siempre que encuentro a alguien ¿tiene que ser dormido? Lo peor no es eso, es que es la chica a la que molesté el otro día, bueno no es malo pero tal vez se enoje mas conmigo, creo que no es muy buena idea despertarla ni mucho menos, me acerco poco a poco a ella y me siento a un metro de donde está, y ahora lo se, está aquí y no con los demás por lo estupendo que se siente aquí, seguiré su ejemplo y dormiré, entonces le digo a Geile que se transforme en guepardo para que me pueda recostar en el.

He visto a dos alejarse algo cansados de la fiesta... yo también lo haría supongo, se han acostado los dos bajo un árbol... en verdad no debería pero... a ver... venga que no me puedo aguantar las ganas de ir a hechar un vistazo, después de todo ellos son grandes magos, tal vez me puedan enseñar algunas cosas-¿vamos?-le susurro a Eöwyn, quien está en forma de hurón alrededor de mi cuello.
-¿no crees que los molestaremos?-me dice y yo hago una mueca.
-solo hay una manera de saberlo ¿no crees?-le digo sonriendo y avanzo cauteloso hasta quedar a unos metros de ellos y me les quedo viendo sin saber muy bien qué hacer.

Pasaban muchas cosas por mi cabeza en ese momento, era liberador estar bajo un gran árbol recordando todo lo que una vez me hizo sonreír. No estoy dormida del todo, por lo que puedo sentir lo que sucede a mi alrededor, pero esta vez, decido ignorar las molestias y dejo a mi imaginación volar. Pronto estaré soñando, pienso... Y así es, puedo regresar a la época de esplendor de mi antiguo hogar, lleno de alegría y gente a mi alrededor, mis padres, puedo ver su sonrisa, sus gestos de amabilidad y sin duda mi favorito, el amor que le daba a mi madre, como me gustaría volver a ese tiempo, todo era tan menos complicado y más divertido, ¡mucho más divertido! Solía jugar por las praderas con mis hermanos, ver los atardeceres en compañía de mi madre y, si, sentarme bajo un gran árbol, justo al lado de mi padre, mientras comíamos pan tostado con algo de jalea de moras y cantábamos hasta quedar sumidos en un profundo sueño. ¡Y como olvidar a Tenasi! Le gustaban mucho las lecciones de magia de mi padre. Sigo recordando, todo es tan nostálgico, que incluso consigue sacarme una lágrima que resbala por mi mejilla, prefiero no seguir con los ojos cerrados, ya que así solo conseguiré atraer mas recuerdos de las cosas que probablemente no puedan volver a ocurrir, suelto otra lágrima.

Me levanto y quedo sentada, a mi lado Tenasi, solo fijo mi atención en ella y seco mis ojos, no hay que tomar mucho tiempo para lo que ya paso, me digo hacia mis adentros. Después, algo consigue llamar mi atención de nuevo. Justo a mi lado se encuentra sentado Dominique, el chico que conocí el otro día, ¿Es en serio? Creo que tiene un especie de radar para encontrar a la gente durmiendo. Al menos esta vez ya no me golpearé la frente. Siento un poco bochornosa mi nuca a pesar de la suave brisa que llega por el árbol, por lo que decido recoger mi cabello en una coleta. Ya no estoy tan distraída y me fijo mas en lo que pasa a mi alrededor, Tenasi se transforma en un cachorrito y la cargo. Comienzo a caminar y observo a poca distancia a un joven con su daimonion, me pregunto cuánto tiempo llevará ahí observando. Me acerco un poco a el y lo saludo con la mano.-¿Hola? ¿Eres de Rívendel?- Trataré de ser un poco más sociable ya que esa fue mi segunda intención pero la flojera me ganó.

La fiesta sigue y parece que seguirá hasta la noche, gente cantando, comiendo y riendo, buen ambiente pero no me llama realmente la atención, me salgo de la fiesta tratando de alejarme del ruido, Kins camina sin hablar a mi lado, creo que no le sentó bien el ruido. Después de andar un rato veo a Lyra charlando con un elfo, me acerco a ella con intención de saludarla, veo a otro chico, el parecer humano, al pie del árbol, hago una mueca de extrañeza pero sigo adelante-Hola Lyra-le digo sonriente al llegar a donde están-y hola, extraño-le digo al elfo con el que habla, parece que acaba de llegar-¿alejándote de la fiesta también?-le digo con una sonrisa.

Estoy a punto de responder cuando escucho a otra persona detrás de mí, me giro para ver quién es y me encuentro con un elfo, también con túnica blanca, al parecer conoce a Lyra estoy a punto de decir mi nombre cuando oigo una voz extraña, ni siquiera lo había notado hasta ahora por lo que doy un pequeño salto y volteo rápidamente hacia él, antes de que pueda decir nada el exraño continúa hablando con voz siseante, Eöwyn se convierte en halcón y se posa en mi hombro decidida a protegerme de ser necesario, ella siempre ha sido más valiente que yo en estos temas yo trato de respirar normalmente mientras observo al extraño dar vueltas al rededor nuestro, dice que necesita ayuda para traer algo del bosque, que no puede por ser anciano y que nos dará una recompensa-¿qué...qué necesita?-pregunto algo nervioso ante la mirada incrédula de Eöwyn, no lo sé, tal vez pueda ayudarlo, o rechazar su oferta, pero no puedo no hacerle caso.

Geile está muy cómodo :3 pero de pronto escucho murmullo a mi alrededor, abro los ojos y Lyra ya no está, se debe haber ido al verme aquí, demonios. Me levanto y tomo Geile transformado en conejo me acerco hasta ellos y saludo con la mano al mismo tiempo en el que les comienzo a hablar. -Hola... a todos.Me dirijo hacia las tres personitas frente ami, de pronto sineto una presencia y un extraño encapuchado se acerca a nosotros, ¿Qué querrá? -¿A qué se refiere?.Pregunto muy confiado, he sido muy tonto.

El chico dormido por fin despierta y saluda, estoy por saludarlo cuando llega alguien muy raro encapuchado, ¿qué rayos? no me da tiempo de decir nada y empieza a hablar, dice algo sobre que necesita ayuda, no me da buena espina, no quiero contestarle, de pronto siento algo frío en el pecho y una voz que me dice que no confíe en él, Kins se convierte en lobo y se queda agazapado a mi lado... oigo cómo el humano durmiente y el elfo le contestan y suspiro, bien ahora se van a meter en esto y no voy a poder dejarlos solos. Los miro y miro al anciano, cuando se acerca a mí me hago un paso hacia atrás poniendo la mitad de mi cuerpo entre Lyra y el extraño a modo de protección, ella es bastante imprudente según lo que vi la última vez en nuestro encuentro con Darknesses el señor de los lobos. El viejo termina su exagerado discurso y se pone a acariciar a su lince daimonion. Respiro hondo sin saber que hacer, me resulta muy sospechoso pero tengo experiencia en el bosque me muevo por el más cómodamente que por Rívendel-yo iré -le digo mirando al bosque-no tienen que acompañarme si no quieren-les digo a los demás encogiéndome de hombros, Kins me mira extrañado pero asiente, recordando al igual que yo, las misiones de los elfos del interior. Antes hacíamos todo tipo de misiones para todo tipo de gente siempre arriesgándonos siempre en peligro. Desde que llegué a Rívendel poco he tenido de eso y la verdad lo extraño.